lunes, 13 de marzo de 2017

Soy nahua que sabe ver
soy la memoria consciente
soy también aquella fuente
de donde brota el saber.
Soy la voz que con deber
nunca se queda callada,
soy la mujer enraizada
que nunca olvida la tierra,
soy del llano y de la sierra
soy del mar y la cañada

Y.P.A.
10 de marzo, 2017

Xalapa

domingo, 19 de junio de 2016



¿Qué somos?


Somos aire, materia, polvo ... nada
Somos ojos, bocas, cuerpos que se juntan con otros pensando amarse.
Somos besos, respiraciones conjuntas.
Somos odios, amores, querencias.
Somos cuerpos con sentimientos que temen pero aman.
Somos vidas temiendo muerte 
¿O somos muertos en la vida?
Somos risas y también llanto.
Somos la dualidad. Hay los dos polos en las vidas propias.
Somos niños y ancianos que miran la vida y la muerte con la misma intensidad.


Yuyultzin

El otoño de la vida viéndose en el reflejo del agua.
Noviembre, 2015.
Lago Ontario, Canadá.

jueves, 14 de enero de 2016

Gracias al colibrí por enseñarme a volar

Me siento muy contenta por estar presentando un disco fruto, de cierta forma, de lo que hace quince años comenzó aquí en Tepetzintla.
Si en el año 2000 Toñita Vera no hubiera comenzado esta labor de “rescate, preservación y difusión” de lo nuestro. Digo rescate porque antes de eso no había aquí ningún trío de músicos huapangueros y en son huasteco se tenía en una parte de la memoria que se llama olvido. No me gusta tanto esta palabra pero creo que ahora es pertinente emplearla por esta razón. Siguiendo con lo que en el tan esperado año 2000 comenzó, si la Comadre Toñita no hubiera contagiado a Saúl y a Martha, mis padres, a quienes aprovechando esta ocasión quiero agradecer enormente el apoyo incondicional y haber sembrado en mí esa semilla que está floreciendo; todo esto no hubiera podido ser. Es de verdad un momento muy emotivo para mí.
También aprovecho el espacio para agradecer a otros dos ángeles guardines: a Marcos Salazar por enseñarme un poco de lo mucho que sabe sobre la tradición musical de la Huasteca y por mostrarme una jaranita huasteca aquella tarde de marzo del año 2004. A Antonia, a mi Toñita querida, mi madrina; por ser un pilar fuerte de la memoria de Tepetzintla y por hacer que se volviera a escuchar una jarana, una huapanguera y un violín en el pueblo; por hacer que cantaramos las mujeres.
Este trabajo representa para mí un esfuerzo muy grande, de muchos años, quince de ser público del huapango y diez de ser ejecutante de él. Esfuerzo que al llegar a Xalapa en 2011, justamente después de una fiesta del Huapango de la que me fui triste sabiendo que momentaneamente tenía que separarme del terruño y todo lo que ello conllevaba en ese instante, tomó otro giro. Hablando de esa fiesta del Huapango, quiero mencionar que si Eloy no hubiera venido a esa fiesta y no me hubiese invitado a tocar con él, su madre, Ceci Guinea y nuestro querido Manolo, el encuentro posterior del que ahora hablaré no hubiera tenido lugar.
Una semana después, en un espacio que los huastecos habían adoptado como suyo en Xalapa donde tocaba don Víctor, Eloy y don Cayo, escuché sones de mi huasteca que me hicieron recordar y añorar el terruño, sones, falsetes y versos que me estrujaron el corazón. Ese momento al que ahora viajo, no hubiera podido ser si, repito, no hubiera aprendido a valorar la raíz huasteca; sin no haber aprendido son huasteco, sin no haber conformado un itacate de huastequeidad que el colibrí me permitió tener.
Para terminar agradezco también a Eloy, Don Víctor, Román, don Elfego y a todos los amigos huastecos que radican en Xalapan por abrirme las puertas de su casa y su corazón y por ayudarme a no extrañar tanto la Huasteca sintiendome cobijada por el calor huasteco.
No puedo más que decir gracias al colibrí por enseñarme a volar.

Yuyultzin Pérez Apango
25 de julio, 2015

Tepetzintla, Ver.

miércoles, 13 de enero de 2016


La Huasteca y sus músicos.



Elfego Villegas y  Víctor Ramírez del Ángel. 

El Caporal Mayor, Salvador Arteaga y Román Guemes 







Tocador de la Danza de Moctezuma. Jaltocan, Hgo.


Banda de viento tradicional de Hidalgo.

domingo, 10 de enero de 2016


La tierra del Poeta.
El Xichú de Guillermo Velázquez y los Leones.

Hay a quienes viajar al extranjero, a las ciudades, a lo moderno los deslumbra. A mí también, pero creo que conocer el México Profundo también puede deslumbrar y llenar.
Mis papás que siempre me han acompañado en esta vida y en mis caminos por la música, siguieron esta vez la idea de ir a conocer el mundo de las topadas en el Son Arribeño. Música hermana del Huasteco que tantas alegrías nos ha dado al corazón y que ha musicalizado nuestras vidas desde hace más de 15 años.
Llegar al Xichú entre las montañas fue una especie de sueño además de un camino sinuoso por las curvas de la Sierra Gorda de Guanajuato.
Arribamos alrededor de las 5 p.m. Casi todo el pueblo estaba dispuesto para la fiesta, la GRAN fiesta. El pueblo se veía pleno con su gente que vuelve para estas fechas a reforzar sus lazos identitarios con su raíz.
Siempre he dicho que "el migrante viaja siempre con todo, incluida su cultura". Reproduce en otros espacios lo mismo que se hace en su terruño y si no tiene los elementos, adapta lo que tiene.

Por la tarde el tarango ya estaba listo para ser testigo de la topada y para ser el espacio en donde el poeta y sus músicos que lo acompañan durante toda la noche hicieran su ritual a la vida, al cierre del ciclo de año y la apertura de un año nuevo.
El tarango listo para la Topada.




Guillermo Velázquez y sus Leones de la Sierra de Xichú abrieron la topada que duró toda la noche y hasta las 10 de la mañana del otro día. 

Pareciera que cantan a la vida, a lo divino, a la existencia misma; pareciera que su música es un mantra que hace que todos bailen y canten porque así tiene que ser.
Un pedacito del cielo huasteco.

El Xilitla mágico que envuelve con sus aromas a humedad, a Huasteca Viva. 
Los viajes con música siempre son mejor.
Memoria fotográfica del viaje a Xilitla en el Festival de la Huasteca, 2014.

Y hay de todos los tonos de verdes.

El paraíso surrealista de Sir Edward James.


El Castillo de Edward

El genio violinista.

Hombre y violín.
Música y memoria.

Otra memoria viva que se arrimó al huapango a las cinco de la mañana.

Y cantó hasta versos nunca antes escuchados por quienes ahí nos reuníamos. 

Apuntes del camino de la vida que me ha tocado.


Mujer que provee de la comida, que lleva a la mesa la comida desde la tierra.
Xicotepec, Puebla. Agosto, 2013.

El Tlacuache mayor compartiendo el fuego; los Tlacuaches aprendices haciendo fuego nuevo.
Víctor Ramírez, Eloy Zùñiga, Yuyultzin Pérez.
Xalapa, Ver. Enero, 2015. 

Manos fuertes curtidas por los años. Hombre y guitarra que se convirtió en leyenda.
Salvador Arteaga, "El caporal".
Festival de la Huasteca, Jaltocán, Hgo.
Agosto, 2015.